El aprendizaje no es algo que solo se da en el salón de clases, particularmente cuando tratamos con profesionales adultos en las empresas. El proceso de aprendizaje se da diariamente en el trabajo, en interacciones con los colegas y durante conversaciones informales en la oficina. Es por ello que es de capital importancia que las empresas generen una cultura donde se pueda aprender y desarrollarse y que ello sea parte integral del día a día en el trabajo. La cultura de aprendizaje debe ser liderada por la alta gerencia y con ello lograr que todos en la empresa se comprometan con aprender y enseñar.
¿Qué pueden hacer las empresas para crear una cultura de aprendizaje? Muy simple, aplicar una o mejor aún, todas las sugerencias listadas a continuación:
- Reconocer y recompensar los esfuerzos informales de enseñanza: en muchas ocasiones cuando un empleado nuevo entra en la empresa le es asignada una persona para que le acompañe en esos primeros días en el trabajo y le ayude a rápidamente adaptarse a la cultura y aprender los procedimientos básicos del puesto. Al brindarle reconocimiento público a la persona encargada de recibir a los nuevos empleados se le motiva a ella y a toda la organización a que se involucren en la formación de sus compañeros.
- Asignar un tiempo específico por semana para que los equipos de trabajo compartan lo que han aprendido: el proceso de aprendizaje es continuo y en particular cuando un equipo enfrenta retos constantes. Por ello, es importante que el líder del equipo permita que los integrantes del mismo compartan sus mejores prácticas.
- Utilizar las reuniones regulares de trabajo para discutir en foro abierto ideas de mejora: las empresas deben fortalecer el espíritu de creatividad e innovación y es fácil lograrlo al discutir abiertamente las ideas generadas en reuniones del equipo.
- Permitir que los colaboradores de la empresa accedan a cursos y programas de formación: los gerentes no sólo deben motivar el aprendizaje sino también permitir que sus subalternos participen en programas de formación aunque no estén ligados directamente a sus responsabilidades de trabajo.
- Capacitar a gerentes y supervisores en “presentaciones efectivas”: la participación del equipo gerencial en programas de capacitación que desarrollen habilidades de presentación impacta positivamente en la efectividad de estos al dirigir reuniones y sesiones de formación del personal a su cargo.