En la Gaceta Oficial #25,826 del martes 3 de julio del 2007, se publica la adición del término acoso laboral a la Ley #9 de 1994, que si bien es cierto regula la Carrera Administrativa de los Servidores Públicos, permite a la Empresa Privada tomar referencia para solventar situaciones en donde se identifique que existe un “proceso sistemático de estigmatización de una persona, realizado por un superior jerárquico, por compañeros de trabajo o por ambos que, al tener una frecuencia elevada, puede llevarla a un retiro permanente del trabajo por incapacidad psicológica, afectando su salud física y

mental”.

El profesor y psicólogo Heinz Leymann es considerado como el primer investigador y pionero en la divulgación del maltrato psicológico o “mobbing” en Europa.

A lo largo de mi experiencia profesional como Jefe de Planta, a inicios de la década de los 90 en una fábrica de ropa en la Ciudad de Panamá, y luego como Gerente de Operaciones de una empresa que administraba tiendas de ferretería, recuerdo que, en ambas organizaciones se contaba con un sindicato y tuvimos que invertir mucho tiempo y esfuerzo atendiendo quejas sobre todo de colaboradores recién contratados que se sentían muchas veces presionados ya sea por su supervisor o algún compañero de trabajo. Las causas de estas presiones, muchas veces fueron celos, otras el temor a sentirse desplazados de la atención del Jefe inmediato, o el pensar que esta nueva persona pudiera quitarles su puesto de trabajo en un futuro no muy lejano.

Hoy en día, desde otra perspectiva, ya como consultor de empresas en temas de planeación estratégica y administración de cadenas de suministro, he podido observar que algunos de mis clientes han incorporado el apoyo formal de profesionales de la psicología los cuales cada cierto tiempo, por lo menos 1 vez al año, llevan a cabo entrevistas con todos o con aquellos colaboradores que han sido reportados ante la Gerencia, como causantes de conflictos con miras a encontrar la raíz del problema y evitar que se llegue a una situación donde no hay salvación.

Por último, con los avances de la tecnología en equipo de video, audio, y por otro lado las redes sociales con los celulares, se dan situaciones en donde los colaboradores se sienten según sus palabras: “vigilados en todo momento”, lo cual muchas veces no es lo mejor, ya que hacen sentir mal a aquellos colaboradores que se desempeñan correctamente.

Por: Ing. Isaías Sanjur Herrera
Consultor en Isaías Sanjur H. & Asociados