En los últimos tiempos, en donde los grandes y cambiantes adelantos científicos aumentan el radio de acción del hombre, el éxito empresarial y social se fundamenta, a pesar de los escépticos, en la capacidad de diálogo, en el manejo de las redes sociales, en el conocimiento de la hermenéutica de los medios de comunicación social y en unas buenas relaciones humanas.
Todas las actividades que desarrolla el ser humano están dirigidas a incidir de una u otra forma en otras personas, lo que significa que si no tenemos la capacidad para establecer una buena comunicación con quienes nos rodean o sobre nuestro entorno, difícilmente podremos hacer de nuestra gestión, en cualquier actividad, un trabajo exitoso.
Por eso, en el campo de las Relaciones Públicas siempre hablamos de comuni- cación de doble vía, porque además de informar queremos incitar a la acción, a través del método de la persuasión, para encontrar la aprobación de lo planteado.
En la comunicación se mezclan muchísimos factores que pueden incidir de forma positiva o negativa. De allí que, si hacemos una comunicación escrita, debemos tener presente el manejo del idioma, para colocar justamente la palabra que corresponde a lo que queremos decir; si es una comunicación oral, también entra en juego la palabra pero se mezcla con el lenguaje corporal, por lo que hay que cuidar cada gesto, cada mirada y sobre todo el uso de las manos.
Hoy día, a pesar de todas las herramientas que existen para el manejo de la comunicación, esta sigue siendo el Talón de Aquiles de las organizaciones, sean estatales, privadas o sin fines de lucro, quizás porque nos hemos olvidado de que una sociedad organizada necesita de una comunicación fluida y efectiva, pero con retroalimentación.